NO-LUGAR

Galería Jardín.


Volvió la musica de entregas. Para mi esto suena algo así:


Crónica

Pensé en ir a varios lugares, pero recordé que hace un tiempo me había acercado a esta galería para arreglar un celular viejo. Allí vi esta escalera que me dio una vibra de un no-lugar. Decidí encaminarme entonces hacia Florida 537. Hacía tiempo que no iba. Llegué bien temprano, esperando que no haya mucha gente, para poder cumplir efectivamente la consigna de que en la fotografía no aparezcan personas. Supuestamente abría a las 8:30. Eran las 9 en punto y aún no abría la reja principal, por lo que empecé a buscar una entrada alternativa. Al dar la vuelta, sobre Tucumán, me encontré con Camila (creo que se llamaba así, no recuerdo bien), una chica que conocí en el último año de secundaria o poco tiempo después de terminarla, amiga de amigos, compartimos varias fiestas juntes, ranchos, creo que alguna vez nos gustamos, nunca paso nada, en fin. Se ve que trabaja ahí y estaba esperando para entrar. Ante mi desconcierto y su sorpresa de verme, aproveché el envión y le pedí la data para entrar a la galería, que aún no abría. Me mandó a un edificio que estaba a unos pasos, al fondo a la derecha había una puerta, mandate, no pasa nada. Una vez adentro rectifiqué mi elección de no-lugar. No se si fue el horario, o la niebla de la mañana, pero la galería parecía abandonadísima: ninguna escalera funcionaba, paredes gastadas, vidrieras con juegos de playstation o cantidad de locales vacíos, y pareciera que toda la esencia del centro de la ciudad se concentrara dentro de esa galería. Comencé a sacar fotos, varias, por todos los pisos de la galería. Un poco esperaba que me echen pero, al contrario, la gente pareciera evitarme, casi tenerme miedo, si me observaban era de reojo o a lo lejos, lo cual me hizo sentir bastante libre, como si la galería fuese mia por un rato. Cuando me encaminaba a la salida, me interceptó un tipo, se llamaba Rubén, que estaba trapeando el piso, y me preguntó si era de la administración. Cuando le expliqué de que iba la cosa de sacar fotos ahí, me contó que cada tanto la administración de la galería cambia, y siempre se acerca alguien a fotografiarla, para registrar imperfectos a arreglar por la próxima gestión en camino, pero nunca se hacía mucho. Me dijo que el ideal de una gestión efectiva, es el arreglo de las escaleras mecánicas, que hace rato no funcionan. Todos prometen arreglarlas, dice Rubén, pero al final nadie lo hace, por que no hay plata (o como yo lo leo, falta de afecto, propia y característica de un no-lugar).

Rubén trabaja en la galería hace 26 años.














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